El decir de Roberto Galiano

Imprimir Imprimir

Letra de la milonga que escribiera para el pueblo y a la que, su hermano Pirucho, le puso música.

 

Ya no se oye resoplar                                  Quisiera volver a ver

la negra locomotora                                      al viejo doctor Lozano

que pasara en otras horas                           refregándose las manos

por la estación de La Niña.                         charlando,entre copa y copa,

Ya no se ven las estibas                               con Defunchio el «bolichero»

de bolsas en la explanada                            medio cantor, guitarrero

ya no se ven caballadas                                político de vocación

tirando a las viejas chatas                            mientras escucha en un rincón

que se abrían por la culata                           acodado, algún tambero.

para poder descargarlas.

 

Ya no se ve a don Miguel           Más tarde quiso el destino
ni a Esteban Solaberrieta          que el Banco también cerrara
ya no hay tranqueras abiertas      y al personal lo mandaran
en San Pedro ni en San Pablo       a trabajar a otro lado.
hoy todos pasan de largo           Y así quedó desolada
con mirada mirada indiferente      esa cuadra de mi pueblo
donde había tanta gente            quedando como consuelo
entre tamberos y peones            aquella linda fachada
hoy sólo quedan galpones           que no sirve para nada
como testigos inertes.             pero ahí está, de recuerdo.

Ya no está más la herrería         La fábrica de La Niña
frente al paso a nivel             que ocupaba tanta gente
donde se solía ver                 la cerraron de repente
alguna chata arreglada             por la falta de caminos
varias ruedas recostadas           se fueron muchos vecinos
sobre el frente de ladrillo        a vivir a la ciudad
Ya no se oye más el ruido          ninguno quiso luchar
del martillo en la bigornia        por su pueblo, un poquitito
donde iba tomando forma            se olvidaron de a poquito
lo que Carloncho quería.          que acá aprendieron a andar.

                  Pueblo lindo de campaña
                  te llevo en mi corazón
                  hoy me llena de emoción
                  al recordar mi llegada
                  tanta buena muchachada
                  que me llenaron de afecto
                  vaya todo mi respeto
                  para este pueblo querido
                  nunca te echaré al olvido
                  de verdad, te lo prometo.