Letra de la milonga que escribiera para el pueblo y a la que, su hermano Pirucho, le puso música.
Ya no se oye resoplar Quisiera volver a ver
la negra locomotora al viejo doctor Lozano
que pasara en otras horas refregándose las manos
por la estación de La Niña. charlando,entre copa y copa,
Ya no se ven las estibas con Defunchio el «bolichero»
de bolsas en la explanada medio cantor, guitarrero
ya no se ven caballadas político de vocación
tirando a las viejas chatas mientras escucha en un rincón
que se abrían por la culata acodado, algún tambero.
para poder descargarlas.
Ya no se ve a don Miguel Más tarde quiso el destino
ni a Esteban Solaberrieta que el Banco también cerrara
ya no hay tranqueras abiertas y al personal lo mandaran
en San Pedro ni en San Pablo a trabajar a otro lado.
hoy todos pasan de largo Y así quedó desolada
con mirada mirada indiferente esa cuadra de mi pueblo
donde había tanta gente quedando como consuelo
entre tamberos y peones aquella linda fachada
hoy sólo quedan galpones que no sirve para nada
como testigos inertes. pero ahí está, de recuerdo.
Ya no está más la herrería La fábrica de La Niña
frente al paso a nivel que ocupaba tanta gente
donde se solía ver la cerraron de repente
alguna chata arreglada por la falta de caminos
varias ruedas recostadas se fueron muchos vecinos
sobre el frente de ladrillo a vivir a la ciudad
Ya no se oye más el ruido ninguno quiso luchar
del martillo en la bigornia por su pueblo, un poquitito
donde iba tomando forma se olvidaron de a poquito
lo que Carloncho quería. que acá aprendieron a andar.
Pueblo lindo de campaña
te llevo en mi corazón
hoy me llena de emoción
al recordar mi llegada
tanta buena muchachada
que me llenaron de afecto
vaya todo mi respeto
para este pueblo querido
nunca te echaré al olvido
de verdad, te lo prometo.